Miercoles, 7 mayo 2025
Entre lágrimas, gritos de dolor e indignación, el cuerpo de Darwin Javier Cobeñas Panta fue despedido por familiares, amigos y vecinos en el caserío Dos Altos, en Piura, donde creció rodeado de afecto y humildad.
Darwin es una de las 13 víctimas de la masacre ocurrida en la provincia de Pataz, en la región La Libertad, un crimen que ha estremecido al país por su brutalidad y la aparente impunidad que lo rodea.
“No debió morir en Pataz, no debió ser asesinado”, repetían sus seres queridos mientras el cortejo fúnebre recorría las calles polvorientas del caserío entre clamores de justicia. La comunidad entera acompañó el último adiós con pancartas, flores y rostros marcados por el dolor.
Los restos de Darwin fueron sepultados en el cementerio general del distrito de La Arena, en medio de un ambiente cargado de tristeza e impotencia.
En paralelo, su familia denunció que, hasta el momento, ningún representante de la empresa minera involucrada en el conflicto se ha acercado a brindar explicaciones ni apoyo alguno. La ausencia de respuestas oficiales no hace más que avivar la indignación de los deudos
