Jueves, 27 noviembre 2025
Pedro Castillo fue condenado a 11 años, 5 meses y 15 días de prisión por el fallido golpe de Estado del 7 de diciembre de 2022. La Sala Penal Especial de la Corte Suprema lo halló culpable del delito de conspiración para rebelión, por lo que permanecerá recluido en el penal de Barbadillo.
La misma pena recaerá sobre Betssy Chávez y Willy Huerta, mientras que Aníbal Torres recibió 6 años y 6 meses de cárcel.
Hace exactamente tres años, Castillo apareció en un mensaje a la nación con evidente nerviosismo. En vivo, anunció la disolución del Congreso, instauró un gobierno de excepción, decretó toque de queda y anunció la reorganización del sistema de justicia. El país entró en turbulencia: era un autogolpe, comparable al de Alberto Fujimori en 1992.
Sin embargo, la maniobra duró apenas minutos. No hubo militares respaldando la orden, ni tanques en las calles. Las Fuerzas Armadas le dieron la espalda y el entonces mandatario fue detenido cuando se dirigía hacia la embajada de México buscando asilo.
El Congreso lo vacó de inmediato por incapacidad moral y Dina Boluarte asumió la presidencia.
Durante el proceso, su defensa insistió en que no hubo golpe de Estado, sino una tentativa sin ejecución. Sus simpatizantes sostuvieron que Castillo fue víctima de las élites políticas y económicas que afirman nunca le permitieron gobernar. Pero hoy, con la sentencia firme, la Corte Suprema ha marcado un precedente histórico





